Cómo detectar un bendito café mal preparado (y qué podés hacer para mejorarlo sin ser barista)
FindesCoffee | 4 de agosto de 2025
Descubrí cómo identificar un café mal preparado y mejorarlo sin ser barista. Tips simples para disfrutar siempre de una buena taza.
¿Es posible detectar un café mal preparado?
La calidad del café que tomamos a diario puede variar enormemente. A veces, incluso en lugares donde esperamos una buena taza, nos encontramos con un café que simplemente no está a la altura. Pero, ¿cómo podemos detectar un café mal preparado?
Señales de un café mal preparado
Existen algunas señales claras que indican que el café no está bien hecho:
- Sabor amargo o quemado: Un indicio de que los granos se quemaron durante la preparación.
- Acidez excesiva: Podría significar que el café está subextraído.
- Cuerpo débil o aguado: Esto suele ocurrir cuando la proporción de café a agua es incorrecta.
¿Qué podés hacer para mejorarlo?
No hace falta ser un barista para mejorar tu experiencia de café. Aquí te dejamos algunos consejos sencillos:
Ajustá la molienda: La molienda es crucial. Si el café está amargo, probá con una molienda más gruesa. Si está aguado, intentá con una más fina.
Controlá la temperatura del agua: El agua demasiado caliente puede quemar el café, mientras que el agua fría no extrae bien los sabores.
Usá la proporción correcta: Un buen punto de partida es usar 1 gramo de café por cada 15-18 gramos de agua.
La importancia de la frescura
El café fresco siempre es mejor. Asegurate de comprar granos que hayan sido tostados recientemente y molerlos justo antes de prepararlos. Esto hará una gran diferencia en el sabor final.
Experimentá y disfrutá
No tengas miedo de experimentar. Probar diferentes orígenes, métodos de preparación, y tiempos de extracción puede ayudarte a encontrar el café que más te guste. Recordá que el objetivo es disfrutar de una buena taza, así que adaptá estos consejos a tus preferencias personales.
Con estos simples pasos, podés mejorar notablemente la calidad del café que preparás en casa, disfrutando de cada sorbo como si fuera un pequeño ritual. ¡Salud y buen café!
